sábado, 27 de septiembre de 2014

Bolivia y Ecuador: buscando su revolución culinaria

Los países vecinos más parecidos al Perú, Ecuador y Bolivia, quieren también su revolución culinaria.  Si Perú puede, porqué ellos no.   

La generación del discurso es la base. En este caso hay un discurso de equiparamiento por el tema de la megadiversidad y  la ancestralidad y de que lo del Perú en realidad "no es para tanto como parece", es asunto de buena producción, buen marqueteo y ya.  

Una cocina se nutre de la megadiversidad que ya es bastante (Perú tiene algo que Bolivia no tiene: mar; Bolivia tiene algo que Perú no tiene: Chaco.  Ecuador es un Perú chiquito un tanto más tropical, con una pequeña región adicional de islas marinas: las Galápagos), pero es hecha por pueblos y en esos pueblos está la diferencia fundamental.   Detalles como la gran cantidad  y diversidad de culturas que se han concentrado y evolucionado en lo que es hoy el Perú (incipientes, medianas y altas culturas),  amén del peculiar cóctel de los aportes migratorios que ha recibido en los últimos cinco siglos (los principales, de altas culturas como la china, japonesa, italiana, árabe...), y que han producido un  enorme abanico de mestizajes que explican su robusta, diversa, compleja y vasta cocina, no son suficientemente tomados en cuenta al hacer la comparación.  En el caso boliviano, decir que la  única diferencia entre ambos países son algunas conchas de mar (Meyer's followers dixit) es eludir el hecho concreto que 3,000 km. del mar más frío y rico del planeta ha obligado a los numerosos pueblos enfrentados a él (varios de ellos, grandes culturas),  a responder con estrategias alimentarias pacientemente evolucionadas a lo largo de milenios que forman parte de la cultura patrimonial del Perú presente.  

El referente peruano (Tahuantinsuyo, Virreynato...) es  una realidad concreta e ineludible, muchas veces voluntariamente ignorada o dejada en el subconsciente (el discurso bien construido, acordémonos).  Esto sin negar el indudable valor propio que estos países vecinos han desarrollado por sí mismos en su etapa republicana, y las posibilidades que pueden construir.  Aparte de la re-invención y la invención del paisaje culinario, lo que estos proyectos buscan como mayor meta es, junto con el fortalecimiento de la autoestima y la dinamización de nuevos mercados, reconocimiento y consagración internacional, como lo ha logrado el Perú.   Una sana envidia los mueve, veremos por dónde va la cosa.



Bolivia

Claus Meyer, el empresario danés decidido a salvar al mundo con sus revoluciones culinarias.  Forma parte del mainstreaming de la nueva ola  del negocio de la alta cocina:  visibilizar y valorar el conocimiento culinario no-hegemónico (como el indígena), para desarrollar no sólo nuevos y buenos negocios  "inclusivos", sino acompañarlos de una conciencia ecológica y humanista que aplaque las cargadas conciencias de "primer mundo".
Como los peruanos lo han hecho muy bien por sí solos, ha apuntado a buscar la oportunidad en uno de sus dos vecinos más parecidos: Bolivia, donde su iniciativa y liderazgo han sido entusiastamente acogidos.  
Parece un gurú o sacerdote de una nueva gran religión que salvará a la humanidad





http://www.clausmeyer.dk/en/





Ecuador





"A diferencia de Argentina, México, Brasil o Perú que fueron los países con mayor representación en el listado y cuyo impulso a lo culinario se dio hace decenas de años, en Ecuador apenas está empezando el boom de la cocina nacional 
(...)
No estamos buscando este tipo de premios (entrar en un listado de restaurantes premiados), estamos buscando un proceso más cultural que comercial
(...)
Aun así (...) "si el próximo año los miembros de la Academia de América Latina (la que elabora el listado) quieren venir desde ya están invitados" "