La pintura de Oscar Allain Cottera (Lima, 1922) es testimonio de la cultura popular costeña del Perú. Sus vivencias primeras estuvieron en el ámbito criollo limeño, en el que creció. Por eso el criollismo bohemio del Rímac, Barrios Altos, Cercado, Monserrate, La Victoria, tienen una impronta expresiva inconfundible en sus trazos. Jaranas plasmadas en valses, marineras, festejos, polcas, que iluminan sus lienzos con pleno color y movimiento, sea en los callejones de vecindario, como en las casas solariegas o la inolvidable fiesta de Amancaes, donde las vivanderas (anticucheras, tamaleras, picaroneras, turroneras, bizcocheras, humiteras...) y vendedores ambulantes hacen de marco a los protagónicos danzantes. Ya con más andares, su retina imprimió especial carácter a sus testimonios de la cultura costeña norteña (Lambayeque, Trujillo, Piura, Tumbes...). La vida cotidiana del cholo, del zambo, del colorado, en fluida convivencia y acrisolamiento de peruanidad. En sus lienzos los pañuelos de la danza nacional van volando como palomas, y los rostros de los danzantes siempre miran a lo alto, como elevándose al cielo...
Oscar Allain, su pincel y el sentir peruano
cueca, cueca boliviana, cueca chilena
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